Hola a todos soy barney de nuevo, se que los hice esperar mucho pero aqui esta la segunda parte, saludos a todos los compadres de la UV, pancho tu memoria la tiene mi carnal, nos vemos pronto cuidense ogt´s jaja .
continuación...
En ese momento corrí tras pacheco y sentí como la adrenalina corría a través de mis torrentes sanguíneos, fue tal el impacto que Mike y el Flaco como si se tratase de una misión para los superamigos gritaron al unísono: ¡Vamos! , el señor del taxi obviamente freno inmediatamente al ver a Pacheco correr a media calle con las manos extendidas haciendo señales más bien para aterrizar un avión que para parar un taxi, la confusión en el rostro del taxista era notable desde cualquier punto desde donde se le viera, rápidamente como judiciales hacia una manifestación de estudiantes, abordamos el taxi, Pacheco al frente, Mike y Flaco primero y después yo, cerramos la puerta y Pacheco inmortalizo una frase que dejo paralizado al taxista: -¡El camión de Cuichapa…¿A dónde va?!... -¿Será la respuesta:...a cuichapa?, no creo, debe tener algún grado más de complejidad?- se debió de haber preguntado el taxista, mientras el sentido común lo hizo responder con cierta angustia: - ¿Pues a cuichapa no?, lo que hizo que Pacheco entrara en razón, y replanteara mejor su pregunta: no ¿Por dónde se va?, -Ah pues por ahí..(Señalando la av. Donde esta el superché), al ver su demora le dije por atrás: siga al camión de cuichapa, entonces estando todos en el taximovil nos dirigimos hacia la misión del rescate de la guitarra, era tal la angustia que invadimos al taxista con ese sentir como si se tratase de algún familiar secuestrado, por lo que acelero mas, al notar que no veíamos al camión, comenzamos a platicar entre nosotros, calculamos y analizábamos el tiempo a partir del cual nos bajamos del camión, tomando en consideración la velocidad del camión, mas los topes entre el tiempo recorrido del taxi mas no se que, cada mente era un laberinto sin salida, ya se imaginaran a Pacheco tratándose de explicar por qué demonios yo tuve que decirle que nos lleváramos la guitarra si en su casa estaba bien, así que comenzó a recriminarme y a depositar cualquier responsabilidad y cualquier cosa que le pasará a la guitarra de Pancho sobre mí, así que tranquilamente le respondi que todo estaría bien, entonces una voz extraña sucumbió la plática, el taxista comentaba al aire: ¿Qué se les perdió pues?, un segundo de silencio y pacheco dijo: -una guitarra, no termina de decirlo cuando la cuarta velocidad del tsuru 2004 entraba a toda potencia junto la expresión de angustia del taxista- ¡una guitarra! ¡no manches vamos al alcanzar al camión!, lo que acelero aun mas nuestra angustia y presión a ver que el velocímetro se acercaba al ciento de kilómetros por hora, era sin duda una escena de Misión Imposible ya podíamos sentir el soundtrack de la película en nuestras mentes, con esa adrenalina circulando por las venas de todos rebasábamos coche tras coche, y escuchábamos atentamente las indicaciones del señor taxista: - fíjense bien, por la ventana no vaya ir un c#&R=0 por ahí con una guitarra, -No inventen en que estaban pensando como dejan una guitarra ahí, - y ¿que marca era?, - Una Ibañez, respondió pacheco, - No m#4ms esas valen caras, (entraba la 5 velocidad), fue en eso cuando una frase de sabiduría inspirada por el taxista ilumino nuestras mentes y nos hizo filosofar una rato, cuando dijo: - ¿En que estaban pensando?, ¿En la inmortalidad del camarón?- ¿acaso se trata de otro tipo de inmortalidad distinta a la del cangrejo?, ¿acaso la del camarón implica un grado más avanzado de distracción y de estupidez?, pensé yo, mientras a lo lejos divisábamos un rectángulo blanco que se movía a gran velocidad: ¡ahí va! Les mencione, a lo que respondió el taxista: -No chavo, ese ya no se para, ya se va tendido hasta el chapo lo vamos alcanzar, sin embargo pudimos alcanzarlo, al llegar detrás del camión, el taxista le hizo señas con el claxon y las luces, afortunadamente la ambición del conductor al pensar que se trataba de un pasaje mas, lo hizo detener el camión, entonces pacheco y yo nos bajamos rápidamente dejando las puertas del taxi abiertas, y subimos al camión de tal forma que todos pensaron que los hibamos a asaltar, pero no, solo queríamos el objeto que hiba en el maletero, lo tomamos y bajamos rápidamente, los perplejos pasajeros se quedaron callados al ver la acción de rescate bien planificada, así que rápido nos subimos al taxi y retornamos felizmente a la casa de pancho, éramos unos héroes, hasta el taxista se sintió feliz, tan feliz que nos cobró 60 pesos por el rescate, recuerdo que nos dijo: -No manchen su cuate se va c34gr cuando le digan que le iban a perder la guitarra- a lo que pacheco le contesto: - si, y hoy es su cumpleaños, no les quiero decir que contesto el taxista, pero en fin llegamos salvos y salvos a la casa de pancho, y felizmente nos recibió con la pregunta: ¿y mi guitarra?, lo que soltó una carcajada en todos nosotros, asi que la moraleja de esta historia es: “cuando quieras sacar a alguien, trata de no llevarle su guitarra” los que conocemos a Pancho sabrán porque lo digo…